lunes, 20 de noviembre de 2017

Meditación espiritual para Capricornio - en you tube -

CAPÍTULO XXII

CAPRICORNIO

Meditación espiritual para Capricornio

El cuerpo físico de la Tierra alcanza su mayor tasa vibratoria cuando el sol entra en Capricornio. El símbolo pictórico de este signo es una cabra; y la cabra era el animal sacrificial durante la Era de Aries, cuando el solsticio de invierno se producía en la constelación de Capricornio. Estos antiguos sacrificios se han ido sublimando hasta sus equivalentes espirituales, pero su significación esotérica, la significación conocida por los candidatos a la Iniciación, ha sido siempre la misma.
Para los antiguos, una cabra simbolizaba sabiduría porque, generalmente, se reconocía que el éxito en el Sendero sólo puede obtenerse mediante el sacrificio.
En las primitivas ceremonias israelitas se sacrificaban dos cabras por los pecados del pueblo. A una se la daba muerte ante el altar y, a la otra, se la cargaba con todos los pecados del pueblo y se la enviaba al desierto, después de que los sacerdotes hubieran dirigido sobre ella sus imprecaciones. La cabra sacrificada representaba el recto y estrecho Sendero de la Iniciación, alcanzada por unos pocos, mientras que la otra hacía referencia al lento progreso del hombre, a causa del impulso evolutivo carente de ayuda. El Rito de las Dos Cabras apunta también a una verdad que subyace a la consecución mediante viático, tal como fue protagonizada por Cristo Jesús a última hora, cuando cargó sobre Sí mismo todos los pecados de la Humanidad. Como esos pecados se habían hecho demasiado pesados para poder ser soportados por la raza sola, no pudieron ser liquidados sin la asistencia divina.
Saint Germain representaba a Capricornio en una imagen que mostraba una brillante aurora boreal a ambos lados de un fondo negro y, sobre el cual brillaba una estrella solitaria.
En su hermoso canto de amor, Salomón compara los dientes de su amada con un rebaño de cabras; y con un rebaño de ovejas junto a los viñedos de Engedi, nombre que significa "fuente de las cabras" y que, a su vez, se refiere a las aguas de la vida eterna. Esto da una significación más profunda a muchas referencias bíblicas al agua de vida: David tenía sed de las aguas de Belén; los israelitas dejaron, durante algún tiempo, sus propias aguas naturales, a cambio de otras extrañas y frías; Cristo dijo a la mujer, junto al pozo de Samaría que, si ella pudiese beber del agua que Él tenía para darle, nunca más padecería sed. Todas estas referencias están relacionadas con el simbolismo espiritual de Capricornio.
Místicamente hablando, hay dos "portales", a través de los cuales, los egos entran en y salen de la encarnación física. Cósmicamente, esas puertas son las de Cáncer y Capricornio. Los egos se cubren de vestiduras de carne mediante las fuerzas de Cáncer y de la Luna, pues Cáncer es el signo de la Virgen Cósmica y la Luna es su regente. Mediante las fuerzas del signo opuesto del Zodíaco, Capricornio, que está regido por Saturno, el cosechador, tienen lugar la disolución del cuerpo mortal de los egos, y su liberación para que puedan volver a los planos superiores.
Esa corriente de almas, ascendiendo y descendiendo, a través de esas dos puertas celestiales, es la realidad cósmica que Jacob contempló en su visión. El relato bíblico dice que Jacob vio ángeles subiendo y bajando por una escalera, pero los escritores
bíblicos emplearon el término "ángel" en el mismo sentido en que ahora se utiliza para designar muchas clases de seres inmateriales, incluyendo a los egos desencarnados.
Cada constelación tiene su lado sombrío, que pertenece, no a las estrellas, sino a la Tierra en que esa sombra cae. El capricornio aún no "despertado" manifiesta un gran deseo de adquirir poder personal. Los nativos de este signo, frecuentemente, buscan el poder para ellos mismos, tanto si ese poder es material como si es espiritual. Los capricornios están, pues, inclinados a ser ambiciosos, no tanto por las cosas en sí mismas como por el poder inherente a su posesión.
Las notas-clave bíblicas de Capricornio son: "Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la Tierra".
A Capricornio se lo ha descrito como extendiéndose sobre tres distintos estadios de la evolución humana y que son: El esclavo, el conductor de esclavos y el dueño.

El Sendero de Santidad a través de Capricornio

Como ya se ha dicho, la dorada fuerza de Cristo toca la periferia de la Tierra en el equinoccio de otoño, pasa a través del plano del deseo en noviembre (Escorpio) y a través del plano etérico en diciembre (Sagitario), para alcanzar el corazón del Planeta a la hora del solsticio de invierno (Capricornio). Esta penetración final de la fuerza de Cristo hasta el mismo centro de la Tierra, marca la Noche Santa del año, cuando una calma y un silencio profundos impregnan la tierra entera. Luego sigue una poderosa oleada de todas las fuerzas vitales del Planeta. Es esta nueva infusión de vida en la naturaleza la que ha sido maravillosamente descrita en varias leyendas de Nochebuena, en las que se asegura que, incluso los miembros de los reinos vegetal y animal, rinden humilde obediencia a la mística hora de medianoche.
Cuando esa poderosa fuerza de Cristo entra en la Tierra, se libera un impulso que acelera la vida y espiritualiza las condiciones de toda la esfera terráquea. Como esa labor, sanadora y redentora, se viene repitiendo año tras año, la Tierra pasará, de un estado discordante, a otro de armonía universal. El odio, la enemistad y el conflicto, finalmente, desaparecerán. Entonces, aquella gloriosa imagen, descrita por Isaías hace tanto tiempo, se convertirá en una realidad: "El hombre convertirá sus espadas en rejas de arados, y sus sables en podaderas, y no habrá más guerra, y la paz cubrirá la Tierra como las aguas cubren el mar".

Parábola bíblica para Capricornio
El Sembrador

"Les habló de muchas cosas en parábolas:
-Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, unos granos cayeron en la vereda; vinieron los pájaros y se los comieron. Otros cayeron en terreno rocoso, donde apenas tenían tierra; como la tierra no era profunda, brotaron enseguida pero, cuando salió el sol, se abrasaron y, por falta de raíz, se secaron. Otros cayeron entre zarzas; las zarzas crecieron y los ahogaron. Otros cayeron en buena tierra y dieron grano: Unos, ciento por uno; otros, sesenta; otros, treinta. ¡Quien tenga oídos, que oiga!".
Mateo 13:3-9

La Biblia es uno de los Libros de Misterios más grandes de todos los tiempos.
Hay pocos que se den cuenta de sus insondables profundidades. Cristo dijo: "Por más que miran, no ven; por más que oyen, no entienden" (Marcos 4:12).

En la más antigua simbología, la palabra "barco" se refería al alma, mientras que la palabra "mar" hacía referencia a las corrientes psíquicas. Se dice que Cristo Jesús se sentó en una barca y enseñaba al pueblo en la orilla. Esto significa que enseñaba a los de los planos internos y a los de los planos externos, puesto que Su misión era la de instruir, tanto a los encarnados como a los desencarnados.
Cuando Cristo terminó de exponer la Parábola del Sembrador, dijo: "Quien tenga oídos, que oiga". El sembrador es el Maestro; las semillas son las verdades que va diseminando. Los estudiantes y los discípulos, que son la tierra, las reciben de acuerdo con su capacidad de comprensión y, de acuerdo con ella, hacen uso de las enseñanzas. También dijo el Señor que algunos recibieron (y produjeron) treinta o, en otras palabras, sólo pudieron aceptar una interpretación literal. Otros recibieron (y produjeron) sesenta y son los que alcanzaron significados más profundos. El comprender que la Biblia es el libro de texto supremo de la vida, ha de ser uno de los primeros logros del verdadero discípulo cristiano.
Después añadió que hubo otros que recibieron (y produjeron) cien; esos son los Iniciados, que captaron las verdades en su totalidad. Ellos son la buena tierra, en la cual caen las semillas, crecen y producen fruto. Algunas semillas, sin embargo, caen sobre el camino y son devoradas por los pájaros, o sea, que son captadas por los emocionalmente inseguros y por eso no les pueden proporcionar fondeadero espiritual.

A todo discípulo se le aconseja que aprenda a contactar con su propio ser interior y, mediante la oración y la meditación, a despertar y a incrementar sus poderes. Un aspirante capaz convierte ese centro (interno) en el punto focal desde el cual trabajar para atraer lo bueno, lo verdadero y lo hermoso. Ha de tener cuidado, sin embargo, de no verse circunscrito por la estrechez de pensamiento o el fanatismo de la interpretación. El que no ha cultivado con persistencia y perseverancia, constantemente, ese centro, el más recóndito de sí mismo, se tendrá que enfrentar a la decepción y a la desilusión. El entusiasmo inmaduro tiende a convertirse en amarga repulsión. Cuando esto sucede, el neófito, no sólo abandona las cosas del espíritu, sino que obstruye el camino a otros. La bíblica advertencia de Lucas (9:62) lo ratifica: El que echa mano al arado y sigue mirando atrás, no vale para el Reino de Dios".
De acuerdo con la parábola, otras semillas cayeron entre rocas y murieron por falta de humedad. Éste es el símbolo de la persona puramente mental, aquélla cuyo corazón aún no ha despertado. La mente sola nunca podrá resolver los problemas de la vida, ni enseñar a otros cómo hacerlo, porque eso sólo se puede conseguir mediante el amor de un corazón espiritualizado.
Algunas de las semillas cayeron entre espinas y las espinas crecieron y las ahogaron. Las espinas representan los bajos deseos. Desde los días de la antigua Atlántida, la mente humana ha estado más íntimamente unida a la naturaleza de deseos que al espíritu, en contra del plan divino. Por eso, en una gran mayoría, la Humanidad se ha visto más motivada por el deseo que por la razón. Esta motivación egoísta ha desembocado en la actual situación caótica del mundo: Las razas, las naciones y los individuos están tan desgarrados por la disensión y la confusión, que la Humanidad se aproxima a un estado general de pánico y desesperación.
Uno de los objetivos principales de las sucesivas vidas sobre la Tierra, es el de que el hombre libere su mente de los lazos de su naturaleza de deseos para que la primera se convierta en instrumento del espíritu. Ha de volver una y otra vez, hasta que haya aprendido la lección. Las personas cuyas vidas están más motivadas por la razón que por el deseo son excepción y, entre ellas, las que se guían por un intelecto espiritualmente iluminado, extremadamente raras.
Por fin, parte de las semillas cayeron en buena tierra y fructificaron y produjeron el ciento por uno. Esto se refiere a los pocos que han equilibrado el corazón y la mente, estado superior que es el ideal crístico para toda la Humanidad.
Cuando un aspirante aprende a equilibrar esas dos fuerzas, es digno de recibir y diseminar los Misterios del Reino de Dios.

EL MISTERIO DE LOS CRISTOS

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