miércoles, 6 de octubre de 2010

Tomás - Estudios Occidentales De La Sabiduría Bíblica - Los Cinco Seguidores


Estudios Occidentales De La
Sabiduría Bíblica

Los Cinco Seguidores

Tomás


Diófenes y Rea, eran prósperos posaderos en la ciudad Siria de Antioquia. Diez años
después que Tiberias se convirtiera en Emperador, tuvieron gemelos (El varón Tomás; y la
hembra, Lisias), que nacieron de esta pareja. Cuando Tomás tenía catorce años, un accidente
le ocurrió; el cual, según él, le había marcado significativamente su destino. Tres rey Magos,
regresando de una visita a Jerusalén, estuvieron dos días en la posada. El muchacho se
impresionó profundamente con la historia que ellos contaron, al encontrar una gran estrella y
el bebé que nació en un pesebre. Este niño, le dijeron los hombres Sabios a Tomás, se
convertiría en el rey de Luz.

Perplejo de fe, pero puro en hechos.

Por fin, él tocó su música.

Allí vive más fe, en honesta duda.

Creerme, es la mitad de las creencias.

Esas líneas de Tennyson, son apropiadas para Tomás, el Discípulo que dudaba, y de
quien se ha dicho: “Las dudas eran simplemente los menores acordes en una vida, que
produjo una emocionante armónica música”.

Tomás se sintió pesimista y desalentado; pero también se percibía sin temores, fiel y
constante, luego que sus dudas fueran aliviadas. Era un literalita en los primeros días de su
discipulado. Posteriormente, después de las maravillosas experiencias que se le interpusieron
al Grupo interno en el ínterin entre la Resurrección y la Ascensión, todas sus oscuras
interrogantes fueron barridas. Su duda se transformó en una gloriosa y certera realización, al
nacer del conocimiento de primera mano, lo que lo elevaría al estado espiritual al lado de
Pedro y Juan. En ese Octavo Domingo de Pascua, cuando Tomás exclamó adorando al
Ascendido Cristo: “Mi Señor y mi Dios”, su dedicación se completó.

Después del Pentecostés, Tomás fue hasta la India, para llevar el mensaje del Cristo.
Allí, en las ruinas de los modernos tiempos, en la costa de Malabar, existe una secta que se
autodenomina los Seguidores de Santo Tomás. Este Discípulo, era conocido como un
verdadero maestro constructor y es; incluso, llamado el santo patrón de los arquitectos. Su
símbolo, es la Escuadra Masónica. La Logia Masónica del Kilwinning, de Escocia, fue
dedicada a su nombre. Como Juan, Tomás es un apóstol de Gnosis; porque tipificó el
intelectualismo, como frecuentemente se halló en la sociedad Helenística.

La siguiente leyenda, se encuentra en armonía con la investigación ocultista. Cuando
Tomás estaba en India, el rey Gundaphorus, supo que él era un constructor, por lo que le
otorgó una alta suma de dinero para que le construyera un lugar para el invierno. En ese
momento, el hambre entre los pobres era muy dolorosa, por lo que Tomás gastó todo el dinero
del rey, para aliviar tal condición. Cuando el rey regresó a su provincia para descubrir que
ningún edificio había sido comenzado aún, y que todo el dinero había sido gastado, mandó a
Tomás a prisión con la amenaza de que debía ser desollado vivo. Antes de que esta frase
pudiera expresarse, el único hermano del rey falleció repentina y sosegadamente, y al
aparecer ante el rey Gundaphorous le dijo, que los Ángeles le habían mostrado un palacio
glorioso en cielo, edificado por Tomás, con sus actos de amor y servicio a sus hermanos sobre
la tierra. El rey, atendiendo al mensaje de su hermano, mandó a liberar a Tomás de prisión;
luego de descubrir, sus buenas obras.

Los incidentes descritos en esta leyenda, se basan en el conocimiento de primera mano.
Todos son construidos en los reinos internos, donde las condiciones y el ambiente se
conocerán después de la muerte; y uno que tiene el cielo, refleja exactamente la vida sobre la
tierra. “Yo soy cielo e infierno”. El amor y el servicio vertidos fuera de la tierra, se convierten
en belleza y productividad en el cielo. El individualismo y egoísmo, se reproducen aquí como
el pecado y el sufrimiento. La exactitud y la justicia, es el trabajo de la Ley de Causa y
Efecto, en todos los planos del ser.

En esta historia apócrifa de Tomás se encuentra; quizás, la primera referencia al tema del
Palacio Interior, famoso en los tiempos medievales, como el Castillo del Santo Grial. Es
significativo que una antigua leyenda alemana, se relacione cuando el Grial desapareció de
Europa, para ser llevado hasta la India, y ocultado por los ojos de un hombre en el alto
Himalaya. De nuevo, se escribe que Parsifal tenía hermanos gemelos, Feirfeis; “en el este”,
quien al final sacó el Grial para entregárselo a su hermano (Una referencia de las
comunidades orientales Cristianas del medio y lejano oriente, donde todas las áreas en los
tiempos antiguos, incluían el nombre de la India). El ministerio de Tomás incluyó Persia y la
región de Bósforo, así como la propia India. Fue en la India, donde Tomás encontró la muerte
de un mártir.

En el curso de su ministerio, Tomás realizó muchos trabajos milagrosos considerados
como hechicerías por sus enemigos. Fue encarcelado bajo la sentencia de muerte, pero era tan
popular con la gente, que las autoridades temieron que ellos podrían intentar su rescate, por lo
que lo enviaron a las montañas bajo la guardia de cinco soldados. Dos caminaron a cada lado;
y uno, delante. Observando su posición, Tomás exclamó: “¡O ocultos misterios de la Vida!

Miren, cuatro han puesto a mi lado, porque estoy compuesto de cuatro elementos, y uno me
guía hacia donde pertenezco; hasta el Uno,
hacia quien yo siempre voy”.

Cuando Tomás oró, en seguida los
cuatro le pegaron. El simbolismo aquí es
muy hermoso. Para representa la
personalidad y el Uno del Espíritu. Los
cuatro lo golpean, pero sólo la
personalidad es destruible; el Espíritu, el
Uno, es inmortal.

Los discípulos de Tomás envolvieron
su cuerpo en mantos de fino lino, y lo
pusieron en una tumba. Cuando ellos
estaban sentados, observaron que él
reapareció ante ellos en su cuerpo
espiritual y les dijo: “Yo no estoy allí. ¿Por
qué ustedes se sientan, a mirar? Yo he subido para recibir las cosas que espero; y luego de un
tiempo, ustedes también serán llevados a mi lado”.

Es un notable comentario sobre Santo Tomás, que en la apócrifa historia, se le describe
como haber alcanzado el mismo perfil de Cristo. Tanto, que cuando el Maestro Jesús en su
cuerpo de Resurrección apareció en la India (Una leyenda que no ha recibido la atención que
merece); los dos, no podían distinguirse separadamente. Juan (El pariente del Maestro), debió
haber nacido parecido a Él, pero su semejanza de ninguna manera es notable; sin embargo
Tomás, conforma haber evolucionado a Su semejanza, por alcanzar la Cristificación de su
Espíritu
Verdad es que los individuos iluminados a través de las edades, han reconocido la
fundamental unidad de los profundos conceptos espirituales de oriente y occidente. Esta
unidad de doctrina, ha sido expresada por todos los siglos por Unos Sabios de muchas

maneras; tanto en parábolas, como en leyendas. El método de acercamiento varía de acuerdo
con las diferencias raciales y medioambientales; pero la Verdad, es Una.

El Maestro Supremo demostró éste hecho cuando vino a traer al oriente, un mensaje que
ha sido una máxima en el occidente. En la actualidad, el occidental encuentra su centro
actuando; y el oriental, siendo. El curso de la sabiduría es un justo intercambio de valores
entre los dos. El occidental, debe aprender a espiritualizar sus actividades; y el oriental,
activar su poder espiritual latente.

El escritor de ocultismo Dr. Rudolf Steiner, enfatiza la importancia de esta fusión en su
libro: El Este en la Luz del Oeste. Él señala, que éstos “dos mundos deben unirse con amor”;
y agrega, que “eventualmente reconoceremos que hay una luz en el Occidente, la cual brilla
para hacer que se origine en el Oriente, más luminosidad a través de su propio poder”.

Concluye exponiendo, que cuando cualquier hombre alcanza el lugar donde puede conocer
ambos caminos, su unidad fundamental es claramente reconocible.

El muy conocido clérigo, Dr. E. Stanley Jones, en su libro: El Cristo del Camino Hindú
(Casi un clásico religioso), también apunta a la misma Unidad del Espíritu, entre el oriente y
el occidente. Y Nicolás Roerich, pintor, poeta y filósofo, cuyo universalismo de espíritu lo
llevó a ser conocido como el Walt Whitman de la pintura, dedica su genio cultural y artístico
al servicio de su unidad. Él predicó acerca de una clériga femenina; la Señora de las
influencias, quien creará un puente entre los dos mundos, y su fusión espiritual dará a la
humanidad, un poder espiritual y una estética cultural más trascendental y hermosa, nada
conocido previamente.

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Corinne Heline

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