jueves, 21 de octubre de 2010

LA MÚSICA DE GRECIA


LA MÚSICA DE GRECIA

La octava formó un círculo y le dio a nuestra noble tierra su forma.

Pitágoras

La música es una ley moral. Da un alma al universo, alas a la mente, vuelo
a la imaginación, un amuleto contra la tristeza, alegría y vida a cada cosa.
Es la esencia del orden, y conduce a todo lo que es bueno, justo y bello.

Platón

En un principio, la música fue entregada por el sacerdocio iniciado. Se
basaba en el movimiento de las estrellas y era una transcripción de la
Música de las Esferas. Según un famoso tratado escrito por Martianus
Capella, quién vivió en el siglo V de nuestra era cristiana, la ciencia de la
música primitiva se dividía en siete partes, a saber, sonidos, intervalos,
sistemas, géneros, modos, mutaciones y melapacia (melodía). A estas siete
partes se agregaron otras cinco: ritmo, compás, arte orgánico (arte
instrumental), arte hipocrítico (Gesto) y arte poético (composición del
verso).

Previamente habíamos observado el predominio del cinco y del siete y su
correlación con las operaciones de las doce Jerarquías zodiacales. Cinco
de estas Jerarquías trabajaron con la naciente humanidad. A causa de su
gran logro espiritual han pasado en liberación más allá de la percepción
terrenal de los hombres. Las siete restantes continúan ayudando en el
desarrollo evolutivo del hombre. A este hecho se le da una bella y
simbólica interpretación en el pentagrama musical de cinco líneas y siete
notas. Las cinco líneas son indicativas de las cinco Jerarquías, los signos
desde Aries a Leo, que han conseguido la liberación y pasado a las esferas
cósmicas. Las siete notas son representativas de los signos desde Virgo a
Piscis, las Jerarquías trabajando con nuestra ola de vida humana.

Según Aristoxenus, uno de los más antiguos historiadores musicales (40
A.C.), la escala griega contemporánea se entendía a dos octavas.

Nosotros ya hemos seguido a la música hasta la época cuando una flauta
poseía menos aberturas que ahora y cuando una lira tenía sólo tres
cuerdas. El sistema griego, sin embargo, estaba compuesto de cinco tetraacordes,
es decir, cinco acordes de cuatro sonidos cada uno – con uno
agregado a la base de la escala para completar la doble octava. Su
énfasis se extendía en las varias series de cuatro sonidos correlacionados
con los cuatro elementos divinos de Fuego, Aire, Tierra y Agua, elementos
con los cuales todas las cosas físicas están creadas. De aquí que, el cuarto
fuera el intervalo favorito y el más importante. También usaban cuatro
monosílabos terminados en vocales como ejercicios de voz.

Los sabios griegos de la música sabían que todos los fenómenos se
formaban y controlaban a través de una nota clave básica, llamada por
ellos la “mese”. Euclides declaraba que la mese era el sonido por el cual
todos los otros sonidos eran regulados. Al nombrar y numerar sus escalas,
los griegos iban hacia la mese y terminaban con ella. Sus notas musicales
estaban expresadas por las letras de su alfabeto. La mese o nota clave
siempre era escrita como omega, la última letra del alfabeto y, por lo
tanto, significando totalidad. Aristóteles decía que la mese era la líder y
única regente de la escala.

En la música moderna los géneros son sólo dos, el diatónico y el cromático.

La música antigua incluía un tercero, el inarmónico. Cada género tenía
algunos tonos particularmente característicos y otros que eran comunes a
los otros dos. A cada género se le atribuían poderes especiales. Aristides,
en la segunda centuria D.C., escribió: “La escala diatónica es varonil y
austera (masculina). La cromática dulce y sentimental (femenina). La
inarmónica, estimulante y suave, es unificadora”. Esta es otra evidencia de
la triple labor de la Deidad manifiesta en el hombre como atributos de la
Trinidad, y efectuando una influencia musical sobre el cuerpo, mente y
espíritu.

El modo en la música antigua era equivalente a la llave de la música
moderna. Plinio nombra los tres modos principales como Dorian, Phrygian y
Lydian. Otros escritores han agregado el Aeolin y el Ionian. Heráclito, un
contemporáneo de Platón, describía el modo Dorian como grave y
magnífico, pero severo y vehemente. Se empleaba en tonadas marciales.

El Aeolian, grande y pomposo aunque tranquilizador, se usaba para la
recepción de huéspedes y para la domadura de caballos. El Ionian era
rígido pero con un grado de elevación, fuerza y energía. El Phrygian
estaba consagrado a los ceremoniales de los Misterios. El añadía que
debido a la subversión de todas las cosas por los hombres, las cualidades
originales y específicas pertenecientes a cada modo se habían perdido.

Pitágoras denominaba al ritmo como de potencia masculina y a la
melodía como femenina en poder, justo como nosotros previamente
hemos atribuido el ritmo al cuerpo físico y la melodía al alma.

Incluidos en un volumen conteniendo el Phoenomena, el famoso poema
astrológico de Aratus – una traducción inglesa de la cual fue publicada en
Oxford en 1672 – hay tres poemas griegos en el modo Phrygian
perteneciente a los Misterios. Estos se entregaron al público por primera vez
en Florencia en 1581 por el padre de Galileo. El más importante de los tres
es el magnífico Himno a Apolo de Píndaro.

La mayoría de las tragedias griegas fueron escritas por Iniciados y
contienen una clave para alguna fase de la Iniciación. Sófocles era nativo
de Eleusis y en su temprana juventud llegó a ser un comunicador de los
Misterios establecidos en este sagrado centro. La música jugaba un
importante papel en la preparación de un candidato y en el ceremonial
mismo. En aquellos antiguos tiempos la poesía, la música y los Misterios eran
inseparables. Las grandes tragedias, por ejemplo, presentaban varios
aspectos de la sabiduría de Templo. Su realización era acompañada por
siete coros describiendo, por medio del canto y la danza, los movimientos
de las estrellas con que los elevados festivales estaban relacionados. En las
palabras de Cicerón, la música era “La base de todas las ciencias y…la
educación de los niños era empezada por ella desde la persuasión que
nada podría esperarse de un hombre ignorante de música”.

En los Templos griegos la música y la poesía estaban correlacionadas para
propósitos místicos, cada línea poética siendo acompañada por su propia
nota musical. Un fragmento del Himno a Apolo es un buen ejemplo de
esto. Los ceremoniales de Apolo se ejecutaban al acompañamiento de
una flauta. Fue el primero en combinar la eficacia curativa de la música y
la poesía y así llegó a ser el curador y el Dios de la Medicina. Su Templo
más suntuosa era la enorme estructura oval erigida en Delos, donde
cientos de músicos cada día cantaban sus alabanzas y demostraban el
poder de la música para afectar las condiciones atmosféricas, el
crecimiento de las plantas y el flujo de los ríos. Sobresalían entre estos
músicos las sacerdotisas (monjas de la Orden de San Apolo de Delos).

Anfión quien erigió el primer Templo al griego Mercurio, fue investido por
ese dios con poderes sobrehumanos relaticos a ambas la música y la
masonería. Fue capaz de fortificar la ciudad de Tebas, para repeler la
invasión, y desterrar todas las influencias destructivas por los mágicos
poderes de su lira. La proeza musical de Orfeo era variada. Primero fue una
especie de magia conocida como evocación de las crines
(materialización de desencarnados) en Templos dedicados para este
propósito. La extensión del tetra-acorde al hepta-acorde, la lira de siete
cuerdas, es atribuida a Orfeo, cuyo descenso al infierno para rescatar a
Eurídice, su esposa, describe el Sendero de Iniciación como observado en
el más famoso de todos los Templos griegos, el Templo de Eleusis. Esta
innovación fue sugerida por el hecho que había llegado el tiempo
cuando, bajo la influencia del sistema planetario séptuplo, el proceso de
despertar los siete centros en el cuerpo vital del hombre podía comenzar.

Por consiguiente las líneas del poeta:

La limitación del tetra-acorde despreciamos ahora.

La lira de siete cuerdas un sonido más noble proporciona.

La legendaria diosa, Minerva, a quien toda Grecia rendía tan sublime
tributo, era el glorioso Arcángel que llegó a ser el espíritu guardián de la
nación. Era esencial una pronunciada influencia femenina para el
desarrollo de las artes hasta el grado que alcanzaron durante su Edad
Dorada. A causa del predominio de Minerva, las mujeres destacaron en las
artes como, quizás, en ninguna otra tierra. Safo fue una de las más
exquisitas de todos los músicos-poetas. La invención de la medida lírica
Sáfica se le atribuye a ella. Una de sus jóvenes discípulas era la
extraordinariamente talentosa Corina, cuya temprana muerte privó al
mundo de toda la fructificación de su espléndido genio. Mientras todavía
se hallaba en la adolescencia distinguidas personas venían de todas
partes para rendir homenaje a sus habilidades y estudiar con ella. En los
renombrados concursos de música y poesía, así universales en Grecia en
esa época, Corina venció al célebre Píndaro no menos de cinco veces
seguidas.

Homero escribió en su Himno a Apolo: “Por turnos las nueve delicias
cantan”. Estas líneas se refieren a las nueve Musas tan importantes en las
leyendas griegas como las nueve doncellas que protegían las artes y las
ciencias. Para el Sabio ellas simbolizaban los nueve pasos de los Misterios. El
estudio de las artes y las ciencias era parte del régimen iniciático de la
época, y las Musas eran representativas de los Seres celestiales que
resguardaban los Misterios Menores.

Para los griegos la música tenía un propósito triple: promover la civilización
y humanizar al hombre; excitar o reprimir las pasiones; servir como agente
curativo. Plutarco dijo que la suprema función de la música era alabar a
los dioses y educar a la juventud. El agregó que en los ceremoniales
religiosos de los griegos “cantaban himnos a los Dioses y salmos en
alabanza de los grandes hombres de Bien”.

Cada nota de música griega tiene un carácter emocional y moral distinto.

A continuación, las siete claves o modos principales:

1 Mixo-Lydian Lastimoso, trágico; inventado por Safo

2 Lydian De tono bajo, entregado a la satisfacción de los
propios deseos, música fúnebre; el Orestes de
Eurípides está hecho en esta clave. El fragmento más
antiguo de música griega existente es el Lydian.

3 Phrygian templanza

4 Dorian Coraje, dignidad, grandeza. En el modo Dorian están
los Himnos a Dionisios, Apolo y Callippe.

5 Hypo-Lydian Hipo significa que una clave es más baja por un
cuarto que la clave original a la que está unida.

6 Hypo-Dorian Hospitalario, caballeroso; se aproxima al modo Menor
moderno.

7 Hypo-Phrygian Este se aproxima más estrechamente al modo Mayor
moderno; el Himno a Némesis está en el modo Hypo Phrygian.

En una época posterior se agregó el hiper para designar al cuarto más
elevado (sub-dominate). Gradualmente esta música fue extendida a la
idea de una clave por cada semi-tono en la octava. Así fue formulado el
sistema de trece claves.

Se notará que, desde el punto de vista del poder oculto de la música
como empleado en los Misterios para ayudar en la regeneración e
iluminación del neófito, los modos Phrygian y Dorian eran los más
importantes en entrenamiento y dirección. La preferencia expresada de
Platón era el Dorian. En su República ideal sólo habría permitido estos dos
modos. La flauta era especialmente un instrumento Phrygian y como tal es
a menudo mencionado por Aristóteles.

Las Iniciaciones de Música tuvieron su cupo en los grandes Juegos
conocidos como las Panateneas, las Olimpiadas, los de Pitia y los de
Karneia. Estos hermosos festivales artísticos fueron revividos en la época
medieval en los concursos musicales de trovadores y Cantantes Maestros.

Principalmente, tales fiestas musicales no tenían que ver con el amor y
pasión personal, sino con las elevadas y santas cosas del espíritu.

Los griegos consideraban las proezas físicas como de suma importancia
aun en las competencias musicales y poéticas ya que se decía que sólo los
cuerpos perfectos merecían ser llevados a la presencia de los dioses por
aquellos quienes iban a recibir los místicos ritos. La música iniciática se
escuchaba sólo en los ritos del Templo porque contenía los ritmos
vibratorios de otros mundos y de una vida más allá de la mortal. La más
sublime de toda la música está apropiadamente descrita así: “Parecía
como si continuase por siempre, no tenía fin – sólo la pausa en una divina
expectación”.

* * *

LA MÚSICA
nota clave de la evolución humana
por

Corinne Heline

Traducido por el
Centro fraternal Rosacruz de Santiago,
Chile

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