miércoles, 29 de septiembre de 2010

La Gloriosa Procesión Pascual - en you tube -

La Gloriosa Procesión Pascual

en you tube, aqui
El ceremonial de la Pascua en el Templo está bajo la supervisión del Arcángel Raphael. Raphael es el Ángel de la Curación y es por ello también el Ángel de la inmortalidad, Pues se ha dicho con toda verdad que cada enfermedad humana es una pequeña muerte y la muerte en sí misma una enfermedad que ha de ser curada. Así que aquella oscuridad de los sentidos que separaba la humanidad del Paraíso es una ilusión que Raphael sana con sus misterios, pues El abre los sentidos del alma para que, en la Iniciación, el hombre pueda ver y conocer. El es, quien por ello, sana las heridas invisibles del Gólgota,
auxiliando al espíritu en la Tumba y preparándolo para la Resurrección.
El ceremonial del Templo, cuando es observado en los planos internos el Viernes Santo, es, contrario a la creencia popular, todo alegría y luz. Aquí, el Discípulo aprende que es solamente por causa de que los sentidos del alma se han embotado por el desuso que ese día Santo es conmemorado como de tristeza y lágrimas de contrición. Los Ángeles no lo ven de esta manera.
Dentro del Templo, en los planos internos, se alzan tres cruces poderosas de luz. La central y mayor de ellas irradia una fuerza tan poderosa que es sentida a través de todos los planos internos del planeta, y su imagen es impresa multiplicada sobre los éteres con tal fuerza durante toda la Estación Pascual que aquellos que poseen la facultad de la videncia, donde quiera que puedan estar, pueden ver esa cruz compuesta de innumerables luces resplandecientes. estas tres cruces radiantes son simbólicas del Sendero de la Triple Transfiguración, la cual el Discípulo mismo debe seguir hasta la transformación del Cuerpo Denso, la transmutación del Cuerpo Etérico y la glorificación del Cuerpo de Deseos y la
Mente, con los cuales obtiene la Liberación.
Desde la hora de la medianoche del Sábado Santo hasta el momento del místico amanecer de la Mañana de Pascua, los planos internos vibran con poder viviente.
Ningún otro poder derramado sobre la Tierra puede compararse con aquel que acompaña el Amanecer Pascual. Los místicos que han percibido y deseado expresar éste en términos de nuestra música, no han dado más que una imitación de la realidad, pues la música de Pascua es el canto de triunfo , el himno de la victoria, la canción de iluminada alegría con que fluye el Universo más allá de toda capacidad o genio humano que desee emularla.
Así también, la radiación que rodea al Cristo Resucitado está más allá de toda humana descripción. El mundo del alma deviene como si en él hubiera remolinos y cascadas de fluyentes melodías, la cual es al mismo tiempo visible como luz y color y tangible como luz y alegría. Si la humanidad alguna vez llegara a sintonizarse con esta música, la enfermedad y la tristeza desaparecerían de la Tierra de inmediato y para siempre.
Debido a este derramarse de la Canción de Cristo, esta gran fuerza pulsante que asciende cada año desde el Centro de la Tierra, la nota - clave del planeta está cambiando hasta que llegue a entonarse con la Sinfonía Cósmica. San Juan fue elevado entre las glorias de la Iniciación para ver este sublime espectáculo de hacerse una Tierra nueva y es por ello que nos dice cuan bella es la Canción Nueva que cantan los Santos Seres.
La Pascua es la Estación de la resurrección de la naturaleza, es el tiempo cuando la Gloria de Cristo ilumina la atmósfera terrestre, y es ésta la más festiva Estación para aquellos que dejan a un lado la carne para adelantarse y vestirse de nuevo con el dorado y radiante vestido de Bodas del Espíritu.
Los alquimistas medievales lo resumieron bien cuando dijeron: "Es en el ceremonial de la misa que el hombre puede hallar descrita la piedra filosofal".

* * *
del libro "Portales Estelares"


1 comentario: