miércoles, 29 de septiembre de 2010

Impresiones del mundo anímico. La Época Navideña - en you tube -

Impresiones del mundo anímico
La Época Navideña

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Luz, color y alegría, unidos en un gozoso aire de expectación, crean la magia navideña en nuestro mundo externo; pero la belleza y la inspiración de nuestras ceremonias palidecen ante el significado del lado espiritual de las actividades de los planos internos.
Aunque no hay intercambio de regalos o celebraciones en los mundos superiores como tenemos acá, aún así, la Época Navideña es tiempo de dar y recibir – de uno mismo– y de recapitular las pasadas experiencias y evaluar sus valores anímicos.
El propósito de la vida terrenal es desarrollar el poder del alma, extrayendo la esencia espiritual de la experiencia. Para aquellos que han pasado recientemente más allá del velo, la Navidad es una época en la que su trabajo es llevado a un total completamiento.
Un ejemplo ilustrativo de las operaciones alquímicas del mundo del alma en esta celebrada estación del año se refiere a dos hombre que hace poco fueran liberados de esta vida terrestre. Habían sido amigos desde la niñez y en sus años juveniles habían soñado y planeado empeñar juntos sus vidas en empresas relacionadas. Pero según fueron creciendo, sus creencias religiosas los separaron. Uno, siendo Católico y el otro, Protestante. Ellos concluyeron que era más sabio seguir cada uno su propio camino, aunque la separación pudiera herir profundamente a ambos; pero entre ellos había un fuerte lazo como aquel de David y Jonathan y no pudo ser cortado fácilmente.
Ambos hombres alcanzaron el éxito y se colocaron en posiciones eminentes en el mundo de los negocios. Una vez dejada la vida terrestre en un intervalo de pocas semanas para ambos, se encontraron en sus cuerpos de luz. Con la llegada de la Santa Época Navideña fueron colocados juntos para que estudiaran los archivos etéricos, en los cuales pudieron observar su vida pasada con una claridad que no habían tenido hasta entonces.
Entonces vieron cuan mentalmente estrechas fueron las razones que habían disminuido su mutua comprensión y cuan terrenos fueron los motivos de su separación. A la Luz de las Grandes Verdades Etéricas se hacía claro que lo que realmente cuenta es el tipo de vida que uno vive y no las doctrinas teológicas que uno siga o la organización religiosa a la que pertenezca. Cuando esta jubilosa comprensión nació en su interior al instante volvieron a darse las manos. El alma se unió al alma en una comunión sin palabras que trasciende los discursos humanos, llevando la seguridad de que nunca más se necesitará otra separación.
Una de las más bellas de todas las actividades planeadas para las Navidades es el Servicio Angélico en relación con aquellos que re-entran en la vida terrestre. Bajo la dirección de los Ángeles, estos egos, son guiados a través de los neblinosos planos etéricos de la Tierra para que penetren en hogares escogidos por ellos con el propósito de atraer bendiciones sobre estos. Si la visión humana fuera capaz, si las mentes y los corazones humanos estuvieran libres de la ilusión de la existencia mortal, cuan arrobadora fuera la comunión de aquellos en la carne con estos desencarnados. Algunas veces, una madre expectante, sincera y devota, en sus devociones de la Noche Santa tiene una visión del rostro de un Querube sonriéndole y bendiciéndola con un soplo de cielo más fragante que la esencia de sus más inspirados sueños.
El plano interior es una esfera donde la progresión espiritual avanza sin alguna interrupción. Etapa por etapa el alma asciende, contrariamente a lo sostenido por la mayoría en el simple concepto: "El Cielo no se alcanza en un sólo salto". Un ego no entra en los más elevados planos al momento en que abandona su cuerpo físico. No hasta que haya disuelto y dejado atrás sus más densos velos. Los cuerpos etérico, de deseos y mental, son sucesivamente desechados hasta que el espíritu, desnudo e incondicionado por la forma externa, se conoce a sí mismo como una entidad individual en el mundo del puro espíritu.
Muchos cristianos devotos creen que en el instante en que dejan la vida terrestre serán elevados ante la presencia de Su Señor y Maestro, el Cristo. Pero esto no es así. Antes de que la Gloriosa Luz de Su Refulgencia Solar pueda ser soportada por el ego liberado, sus manchas de la Tierra deben haber sido lavadas. Cuando esto se ha realizado, a su tiempo, hay períodos cuando las condiciones celestiales favorecen especialmente su consumación. La Navidad es una de esas Épocas.
Un ejemplo relevante de Crística Elevación de un ego, visto con los ojos espirituales, es aquel que ocurre en la Noche Santa. Un Discípulo del Maestro que salió de este mundo muchos años atrás finalmente clasificó para tan exaltada experiencia de ser llevado ante la Presencia de Cristo. Esta alma había llevado una severa carga durante su pasada vida, una tarea que fue realizada satisfactoriamente con invariable dedicación. Vestido con deslumbrante blancura, ante la cual la nieve aparenta ser como sombras y rodeado de huestes y coros angélicos, este radiante y gozoso espíritu fue presentado ante la Divina Presencia y tuvo el privilegio de escuchar las tiernas y compasivas palabras: "Al fin, hijo mío,
sube acá conmigo".
Las páginas de los Archivos Etéricos son iluminadas en la Noche Santa con cuadros de los Misterios Cristianos. El Nacimiento, La Estrella, La Visita de los Pastores, La Llegada de los Reyes Sabios con sus Preciosos Regalos. El Misterio completo de la Encarnación se Revela entonces. Algunos que deben continuar sus caminos sobre la Tierra y otros que han ascendido a los planos internos, son llevados juntos a estudiar este formidable y maravilloso Misterio de la Navidad.
El observador no sólo recibe el impacto de dichos cuadros, sus emanaciones entran en su corazón revelándole su profundo significado espiritual. El llega a entender que el propósito de la Celebración de la Navidad es despertar el espíritu de Cristo Interior y extraer la importante Verdad de que todas y cada una de las escenas conectadas con la Encarnación de Cristo representan un paso definitorio en el proceso de desenvolvimiento del alma.
Cuando esta Realización fue sentida por San Pablo, él la escogió como nota - clave para el trabajo de sus Discípulos: "Dejad que el Cristo nazca en vuestro interior".
Para llegar a una más perfecta sintonía con la Fuerza Crística, los primitivos cristianos inauguraron la Misa de Medianoche en la Noche Santa. El mismo deseo ha movido a personas y grupos en todo el mundo para perpetuar esa Santa Vigilia. Donde quiera que los individuos se congreguen en unidad de espíritu y propósito, sus aspiraciones combinadas atraen el Poder Crístico y lo canalizan hacia el mundo de los hombres en su derredor. Entonces los Ángeles entonan la más bella de todas las canciones Navideñas, compuesta en la Nota - Clave de la Tierra: "Gloria a Dios en las Alturas y en la Tierra Paz y
Buena Voluntad entre los Hombres".
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del libro "Portales Estelares"

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